NADA POR AQUÍ, NADA POR ALLA



La película ya empieza diciéndote cómo va a ser la película, usando la voz en off del mentor de ambos magos cuya rivalidad llevara a uno de ellos hacer cosas atroces para simplemente conseguir llegar a la fama. Pero aunque te diga cómo va a ser la película consigue sorprenderte usando el mismo recurso que usan los magos el de desviar la atención; en esta ocasión lo hace mediante los flashbacks, falshforwards  y otros recursos para conseguir que te olvides de un personaje, una rivalidad o una situación, todo esto lo hace para conseguir que dejes de mirar en esa dirección y el “mago” llamado Christopher Nolan pueda usar su “magia”.

El Guion y el montaje hacen que la película en si sea un enorme truco de magia, aunque sea una película de guion, entre ambos ayudan al film a cumplir su objetivo, es decir, el 50% es guion y el otro 50% es montaje; pero hacia el final de la película cuando empieza a mostrarte algunas pequeñas piezas de este rompecabezas puedes llegar a intuir lo que llegara a pasar.

La película tiene dos pequeños problemas de un gran calibre llamados Christian Bale y Hugh Jackman; son actores encasillados en dos personajes muy conocidos en el mundo del cómic: Lobezno y Batman. Aun queriendo despegarse de dicho personajes Christian Bale y Hugh Jackman siempre serán Batman y Lobezno.

Christopher Nolan te muestra de una manera muy clara y enfermiza lo perjudiciales que pueden llegar a ser las obsesiones, incluso los personajes los dicen; no hacen más que traer desgracias y que es mejor tomarse las cosas con calma y saber parar a tiempo, antes de que sea demasiado tarde.
Gracias a la interpretación de Christian Bale consigues llegar a empatizar y ponerte en la piel de Alfred Borden, incluso consigue que odies a Robert Angier incluso que llegues a querer matarlo como desea Borden. Hasta consigue que disfrutes del momento de la muerte de Angier tanto como lo hace Borden. Llega al extremo de convertirse como en una parte de ti mismo.

Con esta película Nolan demuestra una vez más que lo suyo son las capas, al igual que en Inception. Parece ser que le gusta meter muchas capas y recursos para jugar con el espectador, despistarle y así hacerle creer cosas que no son, es decir, provocar falsas ilusiones. Con esta película lo deja más claro, ya que la magia teatral son simples ilusiones ópticas; todo se reduce a ciencia y tecnología. A veces ni eso, en ocasiones solo son simples ilusiones que te parecen increíbles por el hecho de la falta de la información, como por ejemplo usar un hermano gemelo secreto para hacer un truco de magia de teletransporte.

Para concluir te demuestra que los trucos pueden parecer increíbles y complicados de hacer; pero una vez descubierto parecen juegos de niños. Lo que dice una vez más que los trucos de magia son simples trucos, engaños, que no es magia en realidad. La magia Teatral es el simple arte del engaño y el despiste; el mismo “arte” que usan los estafadores para robar. Es como una de la “partes” de Borden que no cree en la magia pero sin embargo se dedica a la magia. Lo que diferencia a un estafador de un mago es: en que usa dichas habilidades, para hacer el bien y entretener a la gente o para hacer el mal, beneficio propio y aprovecharse de pobres inocentes. Una vez más se demuestra que la magia teatral es un arte cuestionable y poco fiable. Que la Magia de verdad existe pero no es la que vemos encima los escenarios, hablando de la magia real te metes ya en el terreno espiritual.


                                                     Nacho Miret Vives

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